‘Alleycat’, carrera para ciclistas urbanos

Ciclo-mensajeros

 'ciclo-mensajeros', 1912, EEUUafiche publicitario de despachos en bicicleta

mensajero atravesando el centro de Seattle.

Dos ruedas impulsadas por tracción humana, un par de ciudades pioneras, hace ya largo tiempo nace la mensajería en bicicleta, pasan los años y esta actividad se extiende por el planeta, también aterriza en Chile.

Ensayos y errores, modificaciones y perfeccionamientos, se ha logrado al fin un nuevo vehículo eficaz para el desplazamiento humano, corre el siglo XIX y a la par de los primeros desarrollos de la bicicleta marchan sus primeras utilidades, Francia y Estados Unidos los pioneros, la ‘Bolsa de Comercio de Paris’ (1870) y la compañía de envíos ‘Western Union’ (1890) crean servicios de mensajeros en bicicleta. Cien años más tarde y los despachos a pedal se hacen populares en el mundo entero, durante el siglo XX el fenómeno se hace presente en cada continente, América del Norte y del Sur, Europa, Asia, Oceanía, África. 

Los vehículos a motor de cuatro y de dos ruedas, el fax y los documentos electrónicos, esto es, ciertas innovaciones tecnológicas y su masificación, han afectado negativamente la demanda y la oferta de envíos en bicicleta. No obstante, recientemente, un fenómeno frecuente en grandes ciudades, la atascada congestión de los núcleos urbanos y la consiguiente demora en los desplazamientos, viene consolidando a los despachos en bicicleta como un medio rápido y confiable, insuperable en determinadas zonas y horarios, asegurando así su permanencia en el tiempo.

 Bicicletas y ciudades

share-the-road

patente 'un auto menos', creada por la organización Arriba'e la Chancha

ciclovía en México

 ‘Bicicultura’, un terminó ambiguo, unas veces nombra una situación ganada y otras un anhelo que se busca conquistar.

Son pocos los lugares del planeta en que existe ‘cultura cívica ciclista’, usualmente la hay cuando se cumplen dos condiciones: la población utiliza masivamente la bicicleta como medio de transporte y el espacio urbano se encuentra diseñado para permitir y facilitar un desplazamiento de este tipo, casos sobresalientes de identidades culturales que integran a la bicicleta podemos hallarlos en ciudades como la holandesa Ámsterdam  y la danesa Copenhagen y en sus respectivos habitantes.

Distinto panorama exhiben aquellos otros muchos lugares en que o coinciden o se dan por separadas las condiciones opuestas a las recién nombradas, es decir, donde sólo una mínima parte de la población emplea la bicicleta como su principal medio de desplazamiento y donde la ciudad ha sido esbozada en función del automóvil y otras formas de transporte semejantes, excluyendo en su infraestructura el uso de la bicicleta como un eficiente medio de desplazamiento. Hallamos prácticas urbanísticas y cívicas de este tipo en Estados Unidos, en Australia, en Chile, sólo por nombrar unos cuantos lugares, y algunas veces, precisamente en este tipo de contextos es donde surgen movimientos ciudadanos que agrupan a personas que eligen la bicicleta como su principal medio de transporte, que defienden su uso conquistando ciertos derechos y modificando sus instalaciones, que abogan por su masificación entre la población general, que publican revistas y crean sitios en la web, que organizan variados eventos públicos relativos a la bicicleta, etcétera. En la suma de iniciativas de esta clase va brotando a la superficie del lugar, a la vida pública de la ciudad del caso, un movimiento inicialmente subterráneo y poco notorio, una ‘subcultura cívica ciclista’ que intenta expandirse,  su futuro dependerá de muchos factores y probablemente habrá ocasiones en que acabará validándose como un rasgo notorio de la cultura identitaria de la sociedad en cuestión.

Compitiendo en el tráfico

alley cat carrera valencia

alley cat 1955 Paris championship race

 

 

 

                                                                      afiche de 'la clandesta', carrera 'alley cat' que se realiza en Chile y otos lugares del mundo

 El soldado griego Filípides, mensajero a pie, unos siglos antes de la era cristiana corre unos 40 kilómetros desde Maratón hasta Atenas para anunciar la victoria sobre el ejército persa, muere de fatiga. En honor a la hazaña contamos con la competencia atlética que lleva el nombre de ‘maratón’.

Mensajeros a pie y sus carreras alrededor del mundo, más tarde mensajeros en bicicleta y las suyas. Año 1895 y ‘ciclo-mensajeros’ de compañías de telegramas, rivales, de la ciudad de Toronto, compiten en bicicleta unos contra otros, se trata de la primera carrera documentada de este tipo. Con el tiempo se multiplican las competiciones en América del Norte y en Europa y aumenta el número de mensajeros inscritos, durante el siglo XX esta práctica logra cimas imprevistas, repartidores de Toronto y de Nueva York obtienen medallas en certámenes atléticos de primer nivel, cumplen actuaciones notables en los Juegos del Imperio Británico y en las Olimpiadas.  

Otra vez Toronto a la vanguardia, ahora es 1985 y sus ‘ciclo-mensajeros’ se miden en una carrera que simula el trabajo que realizan diariamente, en pleno tráfico de la ciudad deben recoger y entregar envíos pasando por una serie de puntos de chequeo, gana quien cumple la tarea en menor tiempo. Nace así una nueva forma de competencia entre repartidores, pero aún faltan 4 años para que reciba el nombre bajo el cual hoy es conocida mundialmente entre ciclistas urbanos, esto ocurre cuando el ex mensajero Johnny ‘Combustible de Avión’ Englar acuña la frase ‘alleycat scramble’ para describir este tipo de carreras, expresión que significa algo así como ‘rápida disputa de gato callejero para obtener algo con pies y manos’. Desde entonces reciben el nombre de ‘Alleycat Races’ las competencias en bicicleta que se desenvuelven en pleno tráfico urbano, entre autos y peatones, simulando una entrega, originalmente restringidas a ‘ciclo-mensajeros’ actualmente se encuentran abiertas a toda clase de ciclistas de ciudad.

 

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